Caída Libre


Supongo que esta es mi caída a la realidad más grande, era mucha la altura, creo haberme hecho daño.
Un plan de vida a la basura en dos segundos.
-Como te fue? – la pregunta del día
Al principio la respuesta era mal, no me alcanza y todas las respuestas posibles relacionado con aquello. Luego simplemente cuando ya no me era posible contener mas las lagrimas, la respuesta cambio a, sin comentarios, no quiero hablar de ello etcétera.
Increíble como uno se hace expectativas, se crea ilusiones. A veces en momentos como este, siento que no debería esperar nada, dejar que las cosas vengan y se vayan como si nada, tomar las cosas como vengan, pero en realidad dudo que alguien pueda vivir así, nos alimentamos de esperanzas y anhelos, es difícil respirar si no los tenemos.
Por suerte aquella amargura rápidamente fue reemplazada por las opciones, opciones que realmente no había considerado anteriormente cegada por el anhelo brillante de aquel futuro. Ahora podía ver las cosas más claramente, había notros caminos, y finalmente todos llevan al mismo destino. Ahora podía respirar tranquilas, la desesperación de aquella presión punzante en mi pecho se había esfumado permitiéndome inhalar los aires de los repentinos cambios.
Calma, es lo que me llena ahora, por supuesto aun tengo muchas cosas que decidir y muchas dudas que aun colman mi mente, pero hay tiempo, siempre hay tiempo.



Huir


HuirDe pronto se encontró a ella misma caminando entre la gente por esas calles abarrotadas por la muchedumbre, tan llenas, y tan vacías a la vez.
Huir era lo que mejor sabia hacer, un talento tan arraigado que parecía parte de todo lo que en esencia era, tanto así que a veces ya no se daba cuenta cuando lo estaba haciendo otra vez.
No miraba hacia adelante, no importaba la dirección, ni el punto de llegada, lo importante era alejarse con rapidez del punto de partida, nada más.
Sus zapatillas roñosas le sonreían mientras admiraba sus pasos, sus viejas compañeras jamás le habían fallado.
La música acompañaba su andar, esas típicas canciones que los adolescentes escuchan en sus momentos oscuros, llenaban los rincones de su mente. Otra manera más de aislarse del mundo.
No es que no tuviera donde ir, nadie que le diera un consejo, un poco de apoyo, alguien que secara sus lagrimas. La realidad estaba en que estaba cansada de la lastima de los demás, ni tampoco quería seguir cargando a los demás con sus problemas, aunque eso la liberara un poco.
Era fácil cerrar la puerta de su hermano pequeño y pedirle que le subiera el volumen a la tele. Entre tanta inocencia, no era participe en lo absoluto de la realidad a su alrededor.
Para ella no era tan fácil, los años de su infancia ya estaban en el pasado, y ya era capaz de notar todas las mentiras en las que vivía, los gritos, los llantos, hasta los golpes.
No tenía muchas maneras de solucionarlo, estaba enfrentar las cosas, pero en realidad no era lo suficientemente fuerte para ello, la otra opción era correr y encerrarse en sí misma, la opción que había optado y que hace mucho la acompañaba y que llenaba sus días.
Lo peor era que nadie podía realmente comprenderla, o al menos así se sentía. Quizás si hubiera alguien, un alma que compartiera su dolor, alguien que le brindara un abrazo silencioso, sin aconsejarla, sin cuestionarla, solo un abrazo, era demasiado pedir?
Las calles estaban ahora realmente vacías, como ella. Una banca le guiñó un ojo para que se acercara. Se sentía tan fría. Levantó la mirada en dirección el horizonte, el sol bostezaba dejando entre ver rayos de sol que llenaban el cielo de matices rosas y naranjos. Las primeras estrellas comenzaban a asomar en el azulado cielo que cubría su cabeza.
Se acomodó recostada de lado en la banca y cerró los ojos, deseando que al abrirlos, hubiera sido solo una muy larga pesadilla.


Por delante


Créanlo o no, estoy viva, después de estos dos intensos días y todos los que los precedieron, se acabó. Por un lado me siento tranquila, libre, no pensé que me mantendría calmada, sobre todo considerando que el día anterior había sido, bueno digamos que, no de lo mejor, pero por alguna extraña razón mi mente se mantuvo clara, serena y despierta. Por otra parte me siento preocupada, quizás estoy demasiado confiada, está bien, hay que confiar en las capacidades de uno, pero no es que me haya caracterizado por tener una autoestima alta que digamos, así que como se imaginaran siento dudas, y no sé si eso está mal, recuerdo haber aprendido que la duda es una manera de llegar a la verdad, cuestionarse, cuestionar todo, si esto fuera así, creo que conocería muchas verdades, pero olvidémonos del tema, no estoy para ese tipo de reflexiones, al menos no hoy.
Ahora tengo la vida por delante, pero por ahora me concentraré en el verano, en el trabajo, el paseo de curso, la licenciatura, la cena, en la navidad, el año nuevo, mi cumpleaños, la Serena y el cajón del Maipo.
Altas expectativas tengo puestas en esta estación del año, me dedicaré a disfrutar, a escribir, a cantar y a bailar, espero estar completamente feliz, o al menos intentarlo.
Creo que no escribiré este tipo de cosas un par de días, pondré mi concentración y mi inspiración, esa que por suerte no me ha abandonado hacer un par de semanas, y por suerte, ya que me tuvo abandonada casi seis meses, en los que lamentablemente fue cuando más la necesitaba, la muy esquiva, pero como dije ahora la tengo y la usaré para el libro, el cual espero terminar antes de la tortuosa noche vieja.
Creo que vuelvo a decir estupideces, es como si la corriente del pensamiento se apoderara de mi y escribiera lo primero que viniera a mi mente siguiendo un hilo que no tiene sentido alguno.
Bueno me voy, sino, comenzaré a divagar (más aun).

Desahogo


Creo que las cosas  no andan demasiado bien, y he llegado a la conclusión de que esta es la única manera efectiva para desahogarme.
Miro mi helado de pasas al ron que amenaza con derretirse si no me lo como pronto. Ojala hubiera una manera de metérmelo por el cerebro para que las malditas neuronas y el cerebro se me congelaran un par de horas, sumiéndome en un coma momentáneo.
La verdad es que no estoy segura de lo que pasa, quizá son los nervios, el stress, o quizás sencillamente como dice la expresión chilena “ando con la wea”.
Pero algo que si se es que tengo unas ganas inevitables de mandar todo a la mierda y llorar en un rincón hasta que el cansancio termine por agotarme y me sumerja en el país de los sueños, aquel lugar donde ni puedo sentirme así.
El helado no ha bajado ni a la mitad y en el fondo suena Brick by boring Brick, una de mis canciones favoritas desde hace un par de meses ya.
Me atormenta esa sensación de que hay algo mal en el mundo, que todo está de cabezas, pero si lo pienso bien, realmente no puedo estar todo mal, así que probablemente sea yo quien este de cabeza.
Ojala todo esto pasara pronto y no tuviera que lidiar con tantas cosas, llevar esta carga, bueno supongo que no    es sano para nadie.
Pero mañana es otro día, uno de Psu, pero quizás aun así, sea uno mejor, tengo mis esperanzas puestas en ello.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           Brick by boring Brick (8)










Valentía



El miércoles fue el pre-estreno y hay mucho que decir al respecto.
Histeria, gritos, correr, emoción, llanto, un sinfín de emociones, todas revueltas con nerviosismo, ansias y expectación. Balance final, mejor que la primera, definitivamente más fiel al libro.
Puertas rotas, vidrio por todas partes y filas interminables. Que mejor?

Mientras veía la película y lloraba recordando el libro y lo bien logrado que quedó la etapa en la que Bella actuaba como zombi, aquel coma despierta, analizaba la valentía que Edward había tenido para dejar Bella, solo por cuidarla, todo por amor, un amor no egoísta, un amor verdadero, aunque sea sacado de un libro.
Lloré hasta casi deshidratarme en la escena de la partida, recordé momentos muy dolorosos. Será como si nunca hubiese existido, aquellas palabras removieron dolores del pasado, heridas que ya creía totalmente cicatrizadas, al parecer no es así, aun falta un poco, pero sigo en vías de sanación.
Preguntas como, cuantas veces puede romperse un corazón? Y creo que conozco la respuesta, la misma cantidad de veces que entregues cariño y quizás más, creo que la verdadera pregunta es, cuantas veces puede un corazón repararse? Y creo que aun no conozco la respuesta.

Quizás esta sea la última vez que escriba aquí, ya que viene la temida Psu, aquella estúpida prueba que define tu futuro, y aun no sé si salga viva de ello, probablemente, si lo logro, el martes en la noche lo sabrán, sino,  recuérdenme, no las cosas buenas, sino todo en general.

Nos vemos pronto, si es que lo logro.

Habitacion en blanco



Una semana, un poco mas que eso. El panico comienza a llegar. Francamente encuentro ridiculo que una prueba defina tu futuro.
Llegan las festividades, navidad, me llena de alegria, una que no sabia que tenia, una mas de lo normal. Ano nuevo y me deprimo otra vez, no me gusta, no se, me trae malos recuerdos. Las 12 y estoy sola, llorando, mi mama, igual, y nos prometemos no dejarnos sola en esa fecha, nunca en la vida.
Mi meta de fin de ano, hacer que no sea horrible, mis propósitos para el que viene, pintar la pieza de blanco antes del año nuevo y pintarla a color en enero. Como mi vida, todo de nuevo. Universidad, otra casa para la semana, mas stress y echar de menos, no quiero dejarlos solo, como puedo protegerlos si no estoy ahí? Algo que aun debo averiguar.

Ahora me voy a estresar un rato haciendo ensayos, a ver si sacamos sobre 700 en todo esta vez.
Planes para esta semana, ensayo, cumpleaños de mi madre, y campeonato nacional. Próxima semana, ir a hacer clases, ir al cine, ensayo, Psu, carrete.

Hasta que nos veamos, si es que salgo viva de esta.


Notion



Veía el video Notion de Kings of Leon y me dio por analizarlo como hago con casi todo últimamente.
Todo comienza con el vocalista cantando y caminando a través de la gente, en contra de la gente, tan difícil como nadar contra la corriente. Una y otra vez es empujado, pero de alguna manera logra salir adelante, se abre paso entre la multitud, pero al llegar se encuentra solo en un callejón, con ladrillos rotos y el pavimento mojado.

Creo que en muchas oportunidades en la vida nos sentimos así, al menos en mi caso ha sido así. No es fácil ir contra lo establecido, no es fácil negarse a aceptar que hay una sola manera de hacer las cosas.

No me gusta pensar en la palabra rebeldía, no creo que sea la apropiada, aunque quizás si sea parte de mi naturaleza, al menos un poco, prefiero pensar en que es encontrar nuevas maneras de llegar al mismo lugar y aprender más de la experiencia, haciendo así de la llegada algo más grato, ya que ahora la vida se ve de otra manera.

Nunca he sido corriente, ni he recibido quejas al respecto, y sinceramente si las recibiera, tampoco me importarían ni cambiarían nada mi manera de ver las cosas.

Sigo divagando, y probablemente nadie vea esto, pero qué más da, no lo hago para los demás sino para mí.
                                                                                                                                   Kings of Leon                                                                                          


                             



No despedidas




No estoy segura lo que significa esto de terminar 4to medio, o al menos no quiero aceptarlo aun.
Definitivamente no fue lo que esperaba, no me sentí lo triste que pensé que me sentiría. Vi mucha gente llorar y a pesar de que quizás la mayoría pensaba que yo lo haría también, fue todo lo contario, no derramé ni una sola lágrima.
No lo sentí realmente como una despedida, creo que la gente que cuenta, estará ahí siempre, y no es una despedida en lo absoluto, sino hasta que nos veamos, y para eso, no falta mucho.
Pero si hay algo que me causa nostalgia dejar todo lo que representa el liceo, sus pasillos, la gente, el kiosco, los profesores, aquellos alumnos a los que nunca conocí, pero que compartían todos los días en el patio conmigo.
Quizás sea estúpido, hasta ilógico, pero eso es lo que siento, y quizás eso me haga estúpida e ilógica a mi también, pero realmente no me importa la opinión de los demás sobre mí.
Probablemente eche de menos ver a mi gente todos los días, pero su cariño no lo extrañaré, porque siempre están presente en mi, y si no los veo siempre, los veré de vez en cuando, y creo que con eso me basta, al menos por ahora.
                                                            



Algo...

Veía las repeticiones de Felicity en el cable, una serie que en realidad nunca vi, pero que ahora no me pierdo.
De repente me molesta un poco, Felicity piensa demasiado las cosas, y no necesariamente se deja llevar por lo que siente, por lo tanto siempre está en conflicto con sus sentimientos.
En el capítulo de hoy el hermoso Ben (uno de los eternos pretendientes de Felicity junto con Noah), se da cuenta que la ama y que la quiere de vuelta, que ahora si está listo para entregarle todo lo que necesita, y se dispone a buscarla a uno de sus trabajos.
Mientras tanto Felicity, a quien ahora le gusta un chico llamado Greg, está conversando y tomándose unas copas con este chico en la sala de descanso, después de haber terminado su turno.
Ben entra y ve a Felicity conversando con Greg, y puedes ver exactamente el minuto en que su corazón comienza a trisarse.
Ben mira a Felicity y luego se marcha.
Y en ese momento pensé, de eso se trata el amor, por muy estúpido que suene ya que todo viene de una serie gringa, eso era amor.
Ben ve a Felicity, la quiere, la necesita, le duele su lejanía, pero al verla feliz, da un paso atrás, porque eso es más importante para él.
Para mí eso es amor, y no lo considero en absoluto una fantasía, creo firmemente que no hay amor más grande que dejar tus sentimientos de lado para que el otro sea feliz.
 
No lo sé, divago, han sido días raros, lloro todo el día, quizás era la fiebre, quizás mi corazón, no lo sé, y por ahora no quiero averiguarlo.
                                                                         Felicity & Ben
                                                       
                                                                                         

Ultimamente

Últimamente me he sentido inspirada, razón por la cual he escrito tanto.
Últimamente he tenido miedo de los fantasmas del pasado.
Últimamente he tenido miedo de los lazos de dolor que unen a algunas personas.
Últimamente me he sentido nostálgica por lo que está a punto de acabar.
Últimamente he sentido ganas de volver al pasado.
Últimamente he llorado mucho, lo que me pone feliz por que vuelvo a ser yo.
Últimamente he vuelto a sentir y he dejado de ser la persona fría en la que me había convertido los últimos meses.
Últimamente he tenido mil y una ideas sobre cosas estúpidas.
Últimamente he sido muy irresponsable.
Últimamente mi vida ha sido una película.
Últimamente disfruto mil veces más la brisa que sopla entre los árboles.
Últimamente te amo con más fuerza.
Últimamente he visto poco a mis amigos.
Últimamente he agradecido mis cicatrices, tanto internas como externas.
Últimamente me he dado cuenta que puedo con todo mi dolor y con el de unas cuantas personas más.
Últimamente me he dado cuenta de que soy grande y no quiero serlo.
Últimamente he escuchado con más frecuencia música de lo 90's.
Últimamente no quiero que llegue el futuro.
Últimamente me he sentido sobrepasada, pero al rato se me pasa.
Últimamente tengo las defensas bajas.
Últimamente he sonreído más de lo que no hacía desde Junio.
Últimamente los quiero a todos más.
Últimamente he comenzado a quererme un poco.
Últimamente se me ocurrió escribir esto.

Capítulo X: Contacto



Tomó mi cara entre sus manos, y posó sus ojos sobre los míos como queriendo averiguar lo que escondían, recorrió mi rostro con su mirada hasta que se detuvo en mis labios. Pude sentir como su respiración se apresuraba, lo noté porque la mía hacía lo mismo. El calor de su piel quemaba mientras se acercaba cada vez más a mí, ese momento duró una eternidad. Sus labios presionaron suavemente contra los míos lo que detuvo mi aliento, e hizo que mi corazón palpitara sin control. Se separó lo suficiente de mí para poder mirarme a los ojos, esbozó una leve sonrisa y susurró en mi oído.

-Nunca estarás sola otra vez, no mientras me queden fuerzas para mantenerme a tu lado. 
Sus palabras resonaron en mi cabeza, cerré los ojos intentado asimilar el peso de ellas y deseando 
con todas mis fuerzas que fueran verdad.

Su nariz se deslizó lentamente, rozando mi rostro desde un costado hasta llegar a mis labios nuevamente. Con una de sus manos me quitó el cabello de la cara y la otra se deslizó por mi brazo, haciéndome estremecer por el contacto, llegó hasta mi mano y la tomó dejándola en su pecho, cerca de su corazón, pude sentir sus latidos fuertes y seguros. Colocó su mano derecha en mi cintura y acercó mi cuerpo contra el suyo, con la mano izquierda tomó mi mentón y acercó mi cara hasta que estuvo a tan solo un par de centímetros del suyo, deslizó su mano por mi mejilla y puso sus dedos entre mi cabello, hice lo mismo con la mía, sin quitar la otra de su pecho, cerré mis ojos y respire profundo. Sus labios tibios ya estaban en los míos deslizándose lentamente, pero con fuerza abrazadora, mis labios tomaron su curso. Desee con todas mis fuerzas poder responder a sus palabras con una promesa tan importante como la suya, sintiendo miedo de que al abrir mis ojos no hubiera sido más que un sueño.
El beso se hizo cada vez masa intenso, pasó de ser algo sumamente agradable a una necesidad, una necesidad casi descontrolada.
Nuestros labios se sumergieron en la humedad y el calor de la pasión, siendo interrumpidos solo por la necesidad de respirar.
Aquel maravilloso beso me hizo perder la noción del tiempo. De pronto nos encontramos separados el uno del otro, casi jadeando del agotamiento.
Nuestras miradas se cruzaron de manera cómplice y note cierta inquietud en Tomás.

-Ah entiendo-dije. Tomás puso una cara de no comprender de lo que hablaba.
-A que te refieres con eso?-preguntó levantando una ceja.
-A que está bien si te arrepientes de eso y si quieres retractarte de lo que dijiste…-respondí antes de que me interrumpiera.
-Crees que me arrepiento?-acusó.
-Es que yo pensé- alcancé a responder antes de volviera a interrumpirme.
-No pienses esas cosas, lo que dije lo hice enserio. No tienes idea hace cuanto quería decirlo.­ Los días que hemos pasado juntos últimamente, no lo sé, han sido increíbles, se que nos hemos visto muy poco, las clases, el baile y ese día en tu casa, pero creo que nunca había sentido algo tan fuerte y tan rápido por alguien, aunque quizás es entendible debido a que eres la persona más especial que he conocido. Por favor no vuelvas a pensar algo así, yo…-dijo. Sus palabras me hicieron romper en llanto.
-Que fue lo que dije?-replicó desconcertado.
-Es solo que, no pensé que volvería a sentirme de esta manera otra vez-contesté entre sollozos.
-De que manera?-inquirió mientras se acercaba rodeaba mi cintura con su mano y me llevaba en dirección al sillón de cuero ubicado en la sala.
-A no sentirme sola-contesté mientras las lágrimas bañaban mis mejillas y rodaban hasta mi mentón cayendo como la lluvia sobre mis rodillas.
-Nunca te dejaré sola-añadió dulcemente. Puso sus brazos alrededor de hombros y acercó mi cabeza hacia su pecho en donde reposé mi rostro buscando consuelo en el calor de su abrazo.

No estoy muy segura de cuánto tiempo estuve allí, llorando y luego simplemente por el placer de encontrarme entre los brazos de Tomás.
De pronto sentí como el viento comenzó a pasar entre nosotros y me di cuenta de que Tomás me alejaba de su cuerpo.

-Me encanta estar así, pero…-dijo antes de que yo lo interrumpiera.
-Debemos hacer el trabajo de música-añadí separándome más aun de él y sentándome apropiadamente.
-Exacto- contestó con su sonrisa cautivadora.

Tomé mi guitarra con una mano, ya que la otra la tenia envuelta en la de Tomás. Avanzamos por el corredor hasta una habitación donde había un escritorio, un gran librero y un piano.
Quité el estuche a la guitarra y acerqué la silla que se encontraba al lado del librero, junto al piano. Tomás comenzó a tocar en el piano una hermosa melodía, la cual me pareció muy familiar.
-Es tu melodía, yo solo la modifiqué un poco para que sonara bien en el piano-dijo mientras sus 
largos dedos jugueteaban entre las teclas produciendo hermosos sonidos.
-Se escucha muy bien- agregué asombrada por lo armonioso que se escuchaba aquella melodía que un día había llegado hasta mi mente y había decidido plasmarla en la guitarra.
-Toma tu guitarra y acompáñame- añadió.

Posicioné la guitarra sobre mi regazo y comencé a tocar mi melodía. Las palabras comenzaron a agolparse en mi mente, cosas como amor, ilusión, y un montón de otras ideas y sentimientos, que en cualquier otro momento de mi vida me habrían parecido una cursilería extrema, pero bajo estas circunstancias era todo lo que podía pensar.
Tocamos la canción un millón y una de veces, hasta que mis dedos ya estuvieron cansados y adoloridos de tanto rasguear las cuerdas.

-Mira tus dedos, están rojos, déjame ver eso-dijo con real preocupación.
-No es nada- le contesté. Mis dedos estaban un poco rojos y quizás ligeramente hinchados, pero nada que con unos minutos de reposo no fueran a curar.
-Claro que si-contestó el. Tomó mi antebrazo y me dirigió por el pasillo hacia una puerta color blanco. Abrió la puerta y encendió la luz que iluminó completamente el gran baño. Abrió la llave del lavamanos y puso mis dedos bajo el agua fría. Frente a nosotros se encontraba un gran espejo en el cual podía ver como Tomás, protectora y cariñosamente, remojaba mis dedos sin prestar atención a que lo observaba. Cuando por fin se dio cuenta bajé mi rostro con las mejillas encendidas por la vergüenza.
-Te ves muy tierna así- dijo juguetonamente.
-Así como?-le contesté apartándome de él.
-Así, avergonzada, pero sabes no tienes nada de qué avergonzarte, al menos no conmigo- replicó poniendo sus manos sobre mis hombros.

Le sonreí y luego me acerqué para besar su mejilla.

-Gracias- susurré en su oído.
-Porque?-preguntó.
-Solo gracias- añadí. Rodeó mi cuerpo con sus fuertes brazos  y besó mi frente.
-Que quieres hacer ahora?- preguntó sin soltarme.
-No lo s’e- repliqu’e, mientras acomodaba mi cabeza para poder escuchar con más claridad el palpitar sonoro de su corazón.
-Te parece si nos preparamos unos sándwiches y vamos a dar una vuelta al bosque que queda cerca de aquí- preguntó.
-Me parece bien- lo decía sinceramente, caminar era una de mis actividades favoritas, y más si podía hacerlo al aire libre, lejos del ruido del tráfico de la ciudad y de la gente cuchicheando en las calles.
-Es un plan entonces-concluyó.

Fuimos a la cocina y empacamos algunas cosas para comer en un bolso de Tomás, y luego partimos en dirección al boque, siguiendo el sendero que llevaba desde la casa de Tomás hasta este.

-Me encanta este lugar. Cuando llegamos a la ciudad después de vivir en el hotel, nos mudamos acá, y como siempre pasaba mucho tiempo solo, con todo eso de que mama viva lejos con su nueva pareja y que mi hermana menor viva con ella, y mi padre y mi tío que siempre están ocupados con el negocio familiar, así que salía todas las tardes a caminar y descubrí que este lugar tenía algo mágico, es como si me llenara de una paz inmensa-comentó mientras entrabamos al camino dentro de aquel denso bosque.
Lo observé largo rato mientras contaba anécdotas de cómo había descubierto lugares especiales en el bosque y como pasaba los días en la ciudad cuando aun no conocía a nadie. Tomás podría haber hablado toda la vida y yo seguiría hipnotizadas escuchando su cautivante voz y observando esos pequeños gestos que me cautivaban, como el hecho de que de vez en cuando se mordiera un poco el labio inferior, aquel gesto juguetón me volvía completamente loca. Sinceramente podría haber estado así toda mi vida, era como si sus palabras me llenaran, llenaran el vacio que había habido dentro de mí todos estos años, pero aun así había algo que no se sentía bien, creo que era el hecho de que todo se sentía demasiado perfecto, y por experiencia propia sabia que las cosas no eran así. No era posible que algo fuera tan mágico, tan magnífico, tan de fantasía, pero en realidad mientras más escuchaba a Tomás, mientras más observaba su rostro que con tanta fascinación relataba historias, mas me lo creía, y más miedo sentía aun.
De pronto Tomás interrumpió el hilo de mis pensamientos.

-No te estoy aburriendo verdad?- preguntó pasándose los dedos a través de su negra cabellera.
-Por supuesto que no, me entretiene muchísimo escucharte hablar, a decir verdad me encanta todo de ti- me mordí la lengua antes de continuar hablando. No podía contenerme con Tomás era como si todos mis sentimientos, mis emociones y mis pensamiento se agolparan de pronto en mi garganta y quisieran salir a borbotones confesando cada una de mis verdades. Definitivamente tenía que aprender a controlar esa reacción.

Tomás rió y siguió caminando y yo ágilmente lo seguí entremedio de las ramas cuidando de no tropezar ni nada por el estilo. Llegamos a un pequeño claro y Tomás me invitó a sentarme, a lo que hice caso inmediatamente. El sol iluminaba su rostro haciéndolo ver completamente angelical, pero intente no quedármele observando durante mucho tiempo, para evitar parecer un tonta deslumbrada, aunque en el fondo si lo fuera.
Desempacamos las cosas y pusimos un mantel para evitar que la comida tocara el suelo. Tomás saco unos sándwiches y yo las botellas de jugo que Tomás me había entregado para que cargara en mi bolso.
Nos dispusimos a comer en silencio, hasta que me decidí hablar, rompiendo totalmente con lo que generalmente era mi personalidad de la chica callada que siempre esperaba que el resto la invitara a la conversación y no que la iniciara.

-Este lugar es muy hermoso- dije.
-Lo es- contestó Tomás- pero no más hermoso que tu. Su comentario hizo que me ruborizara un poco, pero también me causo algo de gracias, por lo que solté una ligera carcajada. Lo que pareció ofender un poco a Tomás.
-Dije algo divertido- preguntó algo confundido y un poco molesto.
-No es nada, es solo divertido escuchar que alguien piense que soy hermosa-contesté.
-Lo eres Danielle, eres perfecta, tu piel, tu cabello todo de ti es perfecto-replicó.
-Por favor Tomás, las chicas de mi clase son bonitas, ellas si lo son con sus cabelleras  rubias y su piel bronceada-contesté poniendo los ojos en blanco.
-Esas chicas no son naturales Elle, son fabricadas, todas siguen el mismo patrón, además la mayoría de ellas no tiene ni una pizca de cerebro o talento, o quizás lo tienen, pero eligen no utilizarlo, en cambio tú tienes todo-me debatió.
-Gracias- fue todo lo que me pude limitar a contestar.
-Realmente es un placer compartir contigo, de pronto te has vuelto en unja especie de placer culpable-dijo suspirando.
-Porque culpable?-contesté preocupada.
-Porque cuando estoy contigo quiero dejar de hacer todo lo que tengo que hacer solo para estar contigo, es como si todo lo demás perdiera valor y sentido y solo tuviera atención para ti, todo lo que quiero es a ti-concluyó. Tragué saliva.
-Cuando estoy contigo, la verdad es que no se que sentir, no sé qué hacer, es como si olvidara respirar, yo…-no pude terminar la frase ya que las palabras dejaron de estar en mi mente y esta se puso totalmente en blanco.

Estuvimos largo rato mirándonos en silencio, observándonos, registrando cada detalle de nosotros. Había tanto que mirar en Tomás tanta perfección, pero a la vez tanta sencillez.

Tomás se puso de rodilla y comenzó a acercarse a mí, yo me quedé inmóvil esperando su siguiente movimiento. Se acercó más hasta que se detuvo justo enfrente de mí. Levantó sus manos y comenzó a acariciar mi rostro.

-Tu piel es tan suave, tus ojos, tu nariz, cada cosa de ti, es maravillosa-dijo justo antes de detener sus dedos en mis labios-tus labios son lo que más me gusta de ti. Se acercó cuidadosamente y presionó sus labios contra los míos, poco a poco nos recostamos en el pasto, sin permitir que nuestros labios se separaran en ningún momento. Tomás acomodó su cuerpo para evitar aplastarme. El beso se hizo más intenso. De pronto tuve la sensación de que jamás me cansaría de Tomás, de su boca, de su lengua, de sus besos, y estaba segura de que en algún momento, me traería problemas.